jueves, 16 de abril de 2009

Sofá de la tristeza


Diríase que tememos a la tristeza, así como temen los niños a la oscuridad. Se teme a lo que no se conoce. La tristeza no puede ser sino una parte de nosotros mismos, huir de ella es negarnos. Enfrascarse en ella también.



El año tiene primavera y otoño, las jornadas su día y su atardecer. Podemos permitirnos que en nuestro paisaje interior quepan las luces y las sombras, ...



¿Y si aprendiéramos de una vez que la tristeza tiene una belleza infinita en sí misma y no tenemos porqué avergonzarnos de ella, ni negarla, ni huir? ¿Y si nos atrevemos a ver la tristeza como una parte más de la vida y aceptamos simplemente sentirla, respirarla, aprender de ella?



La tristeza está en la esencia misma de la música más bella que jamás ha sido compuesta y los mejores poemas siempre tienen un toque de tristeza.



(Isabella Di Carlo, psicóloga)

4 comentarios:

  1. me ha gustado este post ultimamente me he sentido triste, pero no trato de huir de mi tristeza nada más dejo que me haga compañia, creo que es mejor a estar solo...

    bendiciones...

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  2. Parece que me hubieras leído el pensamiento, me ha gustado tu entrada y tu blog.

    Un saludo.

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  3. La tristeza es un estado de ánimo altamente productivo desde el punto de vista creativo.
    A veces, es un refugio. Necesito de ella para valorar la alegría...

    Sigo por aquí, Toni y pienso también que no hay que huir de un sentimiento, por el simple hecho de hacerlo desaparecer o negarlo.

    Un abrazo con tristeza justa de la distancia!

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  4. yo vivo sumida en ella desde hace años...
    al principio luche con uñas y dientes...
    ahora es mi compañera de equipaje...no imagino la vida sin mis tristezas diarias...esas que me hacen "sentir" por dentro....
    precioso texto..
    abrazos

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